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¿Cómo reacciona el cuerpo ante temperaturas elevadas?

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Lunes, 16 Agosto 2021 08:30 Escrito por

A principios del mes de julio se produjo una potente ola de calor en Canadá y en el noroeste de EEUU, registrándose temperaturas de 49ºC y produciéndose más de 500 muertes súbitas en una semana por esas temperaturas extremas.

También en el mes de julio llegó a España la primera gran ola de calor del verano, afectando a 14 comunidades que permanecieron en alerta por altas temperaturas, por encima de los 40ºC en diferentes provincias.

Esas temperaturas extremas son tremendamente perjudiciales para la salud, pero ¿cómo reacciona el cuerpo humano ante un aumento de temperatura?

La temperatura normal de un ser humano oscila entre los 35° y los 37°C y suele ser constante. Si la temperatura aumenta por encima de los 37°C hablamos de fiebre, mientras que si disminuye de 35°C, hablamos de hipotermia.

¿Cómo regula el cuerpo humano la temperatura?

El encargado de regular nuestra temperatura corporal es el hipotálamo, que es una pequeña región que se encuentra en la base de nuestro cerebro, cerca de la glándula pituitaria. Aunque es pequeño, es muy importante y juega un papel crucial en:

  • La regulación de la temperatura corporal.
  • La regulación de la frecuencia cardíaca.
  • La regulación de la sed.
  • La regulación del hambre.
  • La regulación de los ciclos de sueño.
  • La regulación de la presión arterial (homeostasis).
  • La liberación de ciertas hormonas que desencadenan la producción de otras hormonas por parte de diferentes glándulas en diferentes partes del cuerpo.

El hipotálamo es muy sensible a los cambios de temperatura en nuestro organismo, de hecho si rebasamos los 40°C, nuestro hipotálamo deja de funcionar correctamente, lo que nos puede ocasionar incluso la muerte por golpe de calor.

situación del hipotálamo en nuestro cerebro


¿Qué mecanismos pone en marcha el hipotálamo para enfriarnos?

El hipotálamo se ayuda de termorreceptores para obtener información sobre la temperatura de nuestro cuerpo. Cuando detecta un aumento de la temperatura desencadena una serie de mecanismos para mantener a nuestro cuerpo a una temperatura óptima (37ºC). La temperatura con que la sangre llega al hipotálamo será el principal determinante de la respuesta corporal a los cambios térmicos. 

El hipotálamo tiene un doble sistema de regulación de la temperatura:

  • La porción anterior, compuesta por centros parasimpáticos, es la encargada de disipar el calor. Es la región implicada en disminuir la temperatura.
  • La porción posterior, con centros simpáticos, conserva y mantiene la temperatura corporal. Es la región implicada en aumentar la temperatura.

Al aumentar la temperatura se activa la porción anterior y se inhibe la porción posterior.

  • La inhibición de esta porción posterior produce: Disminución del metabolismo y disminución del tono muscular.
  • La activación de la porción anterior del hipotálamo pone en marcha dos mecanismos para disminuir la temperatura corporal:
    • La transpiración: Es el sistema de refrigeración más importante del que dispone nuestro cuerpo. Al detectar un aumento de la temperatura, el hipotálamo desencadena la producción de sudor. Éste es producido por las glándulas sudoríparas de la piel. El sudor, que se compone de agua, sales minerales y toxinas, es expulsado a través de los poros de nuestra piel. Cuando el sudor se evapora de la superficie de nuestra piel, libera el exceso de calor y mantiene nuestra temperatura constante. Diariamente evaporamos entre uno y dos litros de sudor pudiendo llegar hasta 6 litros diarios. Para poder evaporar por medio de la sudoración, el organismo necesita tener agua disponible (por lo que debemos estar bien hidratados) y un buen funcionamiento del corazón y del sistema cardiovascular, para llevar gran cantidad de sangre a la piel y que la sangre aporte el agua necesaria a las glándulas sudoríparas.
    • La vasodilatación: Los capilares son los vasos sanguíneos de menor diámetro y los que más cerca se encuentran de la superficie de la piel. La sangre que por ellos circula está por lo tanto más cerca del aire exterior que la sangre del resto de nuestros vasos sanguíneos. Al dilatarse el capilar, una mayor cantidad de sangre queda expuesta al aire, lo que permite que ésta se enfríe y que nuestra temperatura corporal se mantenga.

Por lo tanto, la transpiración y la vasodilatación son los mecanismos fundamentales que utiliza nuestro cuerpo para mantener una temperatura constante.

Efectos de un golpe de calor

Si llegamos al punto en que nuestro cuerpo se ve expuesto a un calor extremo, llegando a rondar los 40 grados de temperatura interna, podemos sufrir un golpe de calor. Este se caracteriza por dos fenómenos principales: aumento de la temperatura corporal (hipertermia) y afectaciones al sistema nervioso. De ahí que las primeras señales de que nuestro cuerpo colapsa ante el calor sean una sensación de calor extremo unido a un cuadro de malestar general.

Algunos de los síntomas característicos de los golpes de calor son fatiga, debilidad, confusión, dolores de cabeza, náuseas, vómitos, ansiedad, mareos, taquicardia y somnolencia. En algunos casos, aunque menos frecuentes, también se produce ictericia (piel amarillenta), sensibilidad muscular, hipotensión, hemorragias gastrointestinales, moretones y sangrados de piel. En casos extremos, estos síntomas pueden desembocar en la pérdida de consciencia (desmayo), un fallo multiorgánico y la muerte.

Aunque los golpes de calor pueden afectar a cualquier individuo, los más susceptibles son:

  • Personas sedentarias, mayores o con debilidades y expuestas durante días a condiciones de calor extremo.
  • Personas activas físicamente expuestas de manera puntual a situaciones de calor extremo a raíz de un excesivo esfuerzo o actividad física.

 prevenir la reacción del cuerpo ante temperaturas elevadas

Trastornos producidos por el calor

  1. Agotamiento por deshidratación. Es una reacción sistémica secundaria a la exposición prolongada al calor con pérdida de agua y sales. Sintomatología: sed intensa, cefalea, vértigo, cansancio, irritabilidad, hipotensión, taquicardia e hiperventilación.
  2. Calambres. Son espasmos dolorosos de los músculos del abdomen y de las extremidades debido a la pérdida de sales y electrolitos.
  3. Síncope. Es un síntoma que indica que hay un aporte insuficiente de sangre, oxígeno o glucosa al cerebro. Síntomas: sensación de vahído, con visión borrosa y de tambaleo postural. El desmayo no suele durar mucho y la recuperación es rápida.
  4. Golpe de calor. Aparece cuando el organismo pierde el control de la temperatura corporal que sube por encima de los 40ºC, provocando daño en las estructuras celulares y en el sistema termorregulador, con un alto riesgo de mortalidad. Síntomas: reducción o cese de la sudoración (síntoma precoz), cefalea, mareo, confusión, taquicardia, piel caliente y seca, inconsciencia y convulsiones. Entre las complicaciones que puede provocar se incluyen síndrome de distrés respiratorio del adulto (respiración rápida y trabajosa, falta de aliento, presión sanguínea baja y fallo orgánico), fallo renal, fallo hepático y coagulación intravascular diseminada. Los ancianos son más susceptibles de padecer un suceso relacionado con el calor.
  5. Insolación. Tiene una relación directa con el tiempo de exposición solar (sobre todo en la cabeza). Por lo demás, no presentan diferencias con el golpe de calor en cuanto a su sintomatología clínica y tratamiento.

 

¿Cómo actuar si estamos ante alguien con señales de golpe de calor?   

Un golpe de calor se trata de una emergencia que puede ser mortal. Si se sospecha que alguien pueda estar teniendo un golpe de calor, se debe proceder de la siguiente forma:

  • Llamar a emergencias.
  • Llevar a la persona afectada a un lugar fresco.
  • Tratar de enfriar a la persona afectada. Si es posible, introducirla en una bañera con agua fría.
  • Controlar la temperatura de la víctima.
  • Hidratarla, pero no darle bebidas alcohólicas.

precauciones ante elevadas temperaturas

 

Precauciones que debemos tomar ante elevadas temperaturas

  • Permanecer en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que se necesite.
  • Estar bien hidratados. Beber aunque no se tenga sensación de sed. Evitar las bebidas con cafeína, alcohol o grandes cantidades de azúcar, ya que pueden hacer perder más líquido corporal.
  • Evitar la actividad física, sobre todo deportes al aire libre en las horas más calurosas (de 12.00 a 17.00).
  • Usar ropa ligera y holgada.
  • Ingerir comidas ligeras.

 

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