Diferencia entre Business Intelligence y Big Data
Ahora, se democratiza el acceso a los datos y los procedimientos que llamamos Business Intelligence transforman los datos en bruto en información comprensible para poder utilizar en la toma de decisiones.
Si te preguntas como yo, a qué llamamos Business Intelligence y a qué Big Data, la respuesta es la siguiente: con las técnicas de Big Data vamos más allá y podemos analizar datos más complejos. No sólo filas y columnas, información contenida en audios, vídeos, fotos e incluso interacciones de redes sociales son susceptibles de contener datos de interés para conocer el comportamiento del consumidor.
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¿Cuáles serían por tanto los recursos que debe manejar un profesional de business Intelligence?
En primer lugar debe ser un buen gestor de proyectos, pues la inteligencia de negocios no es un proceso aislado en el tiempo, sino que se debe organizar de manera adecuada. Además, las herramientas a manejar incluyen los fundamentos del Datawarehouse, es decir, almacenes de datos, pues la ingente cantidad de éstos necesarias en estos procedimientos necesitan de una infraestructura informática adecuada.
Esta infraestructura debe contar con servidores OLAP, acrónimo de procesamiento analítico en línea, con el objetivo de agilizar la consulta de gran cantidad de datos. El objetivo es acceder a grandes bases de datos para realizar informes de dirección, en general es lo que conocemos como data mining o minería de datos.
Mediante el data mining, se trata de encontrar explicación al comportamiento de los datos en contextos determinados, es decir se exploran las bases de datos con objetivos ciertos aplicando técnicas y tecnologías.
No es sencillo encontrar un lugar en el que reunir toda la información necesaria que te lleve a ser especialista en estas materias, por lo que te recomiendo un curso de formación para el empleo especializado en Competencias Digitales asociadas a Business Intelligence.
En él encontrarás tanto la formación para gestionar un proyecto como los conocimientos técnicos sobre servidores y almacenes de datos para garantizar que los procesos diseñados funcionen y los informes generados sean coherentes, comprensibles, y sobre todo funcionales de cara a la toma de decisiones que diferencie a la compañía que los usa de su competencia.