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Qué es una PYME

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Miércoles, 30 Julio 2025 10:00 Escrito por

Cuando hablamos del tejido empresarial en España, las siglas PYME aparecen constantemente. Pero, ¿sabemos realmente qué es una PYME y qué tipos existen?

En este artículo te explicamos de forma clara qué significa ser una pequeña o mediana empresa, cuáles son sus características principales y por qué son tan importantes para la economía y el empleo en nuestro país.

Índice

 

Cartel anunciador de los cursos de el futuro es digital, para pymes, se ve un chico con una tablet y los logotipos de unión europea, ministerios y plan de recuperación

 

Qué es una PYME

Las siglas PYME hacen referencia a las pequeñas y medianas empresas. Se trata de organizaciones que, por su tamaño, tienen ciertas características comunes en cuanto a número de empleados, volumen de facturación y estructura organizativa. Aunque pueden operar en cualquier sector económico, su papel es especialmente relevante en el ámbito local y regional, donde contribuyen activamente a la creación de empleo y al desarrollo económico.

En el caso de España, las PYMES representan más del 99% del tejido empresarial, lo que pone de manifiesto su importancia estratégica. Desde comercios minoristas hasta empresas de servicios, pasando por pequeñas industrias o startups tecnológicas, el concepto de PYME abarca una gran diversidad de modelos de negocio.

A lo largo de este artículo, veremos los distintos tipos de PYME que existen, los requisitos para su creación, sus principales ventajas y cómo saber si una empresa cumple con los criterios establecidos para ser considerada como tal.

También abordaremos ejemplos concretos y comparaciones con otras figuras como los autónomos o las microempresas, para ayudarte a entender con claridad este pilar esencial de la economía.

Tipos de PYME existentes

La Unión Europea clasifica las PYMES en función de dos criterios principales: el número de empleados y el volumen de negocio anual o balance general. Esta clasificación permite establecer distintos tipos de PYME, lo que facilita su identificación y acceso a ayudas específicas, subvenciones o políticas públicas orientadas al emprendimiento y la innovación.

Según esta clasificación, existen tres tipos principales:

  • Microempresa: cuenta con menos de 10 empleados y un volumen de negocio o balance general anual inferior a 2 millones de euros.
  • Pequeña empresa: tiene entre 10 y 49 empleados, y su volumen de negocio o balance general anual no supera los 10 millones de euros.
  • Mediana empresa: emplea entre 50 y 249 personas y tiene un volumen de negocio anual igual o inferior a 50 millones de euros, o un balance general anual que no supere los 43 millones.

Es importante destacar que para ser considerada PYME, una empresa debe cumplir los límites de empleados y, al menos, uno de los dos criterios financieros (volumen de negocio o balance).

Esta clasificación no solo sirve para fines estadísticos, sino también para determinar el acceso a determinadas líneas de financiación, programas formativos o beneficios fiscales.

 

¿Cuáles son los requisitos para crear una PYME?

Crear una PYME en España implica cumplir una serie de requisitos legales, administrativos y fiscales. Aunque los pasos pueden variar ligeramente en función de la actividad, la forma jurídica elegida o la comunidad autónoma, existen ciertos elementos comunes que conviene tener claros antes de iniciar el proceso.

A continuación, detallamos los principales requisitos generales para constituir una PYME:

  • Elegir la forma jurídica: lo primero es decidir si la empresa será una sociedad limitada, sociedad anónima, cooperativa u otra forma. La más habitual para pequeñas empresas es la Sociedad de Responsabilidad Limitada (SL).
  • Elaborar un plan de negocio: aunque no es obligatorio, es altamente recomendable contar con un plan que defina objetivos, estrategia, inversión inicial y modelo de ingresos.
  • Inscripción en el Registro Mercantil: toda empresa debe registrarse oficialmente, lo que implica reservar una denominación social y redactar los estatutos de la sociedad.
  • Obtener el NIF y alta en Hacienda: es necesario solicitar el Número de Identificación Fiscal y darse de alta en el censo de empresarios, profesionales y retenedores.
  • Alta en la Seguridad Social: tanto para el promotor como para los trabajadores que se contraten, es obligatorio cumplir con la normativa laboral y de cotización.
  • Licencias y permisos: dependiendo de la actividad, puede ser necesario contar con licencias municipales, sanitarias, medioambientales u otros permisos específicos.

Además de estos pasos, hay que tener en cuenta las obligaciones fiscales y contables, así como los derechos laborales y de protección de datos. Por ello, es habitual contar con asesoramiento profesional para garantizar que el proceso se realiza correctamente desde el inicio.

 

¿Cuáles son las ventajas de ser una PYME?

Las pequeñas y medianas empresas no solo representan la mayoría del tejido empresarial en España y Europa, sino que también cuentan con una serie de ventajas que las hacen especialmente competitivas en muchos sectores. Estas ventajas pueden ser determinantes tanto para quienes se plantean emprender como para quienes buscan adaptar su negocio a un modelo más ágil y flexible.

Entre las principales ventajas de ser una PYME destacan:

  • Agilidad en la toma de decisiones: al contar con estructuras menos jerárquicas y equipos reducidos, las PYMES pueden reaccionar con mayor rapidez ante los cambios del mercado.
  • Mayor cercanía con el cliente: muchas pequeñas empresas ofrecen un trato personalizado, lo que favorece la fidelización y una mejor adaptación a las necesidades reales del público objetivo.
  • Capacidad de innovación: la flexibilidad operativa permite que las PYMES puedan probar nuevas ideas, adaptar sus productos y servicios y explorar nichos de mercado con mayor facilidad que las grandes corporaciones.
  • Acceso a ayudas y subvenciones: existen numerosas líneas de financiación pública y privada dirigidas específicamente a fomentar el desarrollo, la digitalización o la internacionalización de las PYMES.
  • Entorno más colaborativo: muchas veces, las PYMES generan relaciones más estrechas entre los miembros del equipo, lo que favorece la comunicación interna, el compromiso y la motivación.

Estas ventajas hacen que, a pesar de contar con menos recursos que las grandes empresas, las PYMES tengan una gran capacidad de adaptación y una presencia clave en sectores como el comercio, los servicios, la industria ligera o la economía digital.

 

¿Cómo puedo saber si mi empresa es una PYME?

Para saber si una empresa puede ser considerada una PYME, es necesario comprobar si cumple los criterios establecidos por la Unión Europea.

Esta clasificación se basa principalmente en tres aspectos: el número de empleados, el volumen de negocio anual y el balance general. Además, se debe analizar si la empresa está vinculada a otras sociedades, ya que esto puede influir en su consideración como autónoma o dependiente.

Según la normativa europea, una empresa es considerada PYME si cumple las siguientes condiciones:

  • Microempresa: menos de 10 empleados y volumen de negocio o balance general anual inferior a 2 millones de euros.
  • Pequeña empresa: menos de 50 empleados y volumen de negocio o balance general anual inferior a 10 millones de euros.
  • Mediana empresa: menos de 250 empleados y volumen de negocio anual inferior a 50 millones de euros, o balance general inferior a 43 millones de euros.

Además, es importante tener en cuenta si la empresa forma parte de un grupo empresarial. Si más del 25% del capital o los derechos de voto pertenecen a otra entidad (salvo ciertas excepciones), puede ser necesario consolidar los datos de ambas para determinar si realmente se trata de una PYME.

El ministerio de Industria y turismo pone a disposición de empresas y profesionales una herramienta oficial de autodiagnóstico,  que permite verificar si se cumplen los requisitos para ser considerada PYME, de acuerdo a la normativa de la Unión Europea.

Utilizar esta herramienta resulta muy útil, sobre todo para acceder a programas de financiación o ayudas destinadas exclusivamente a este tipo de empresas.

 

chica rubia con una tablet, en las instalaciones de una pyme con compañeros al fondo en una mesa

 

Ejemplos de PYMES

En España existen miles de PYMES que han logrado consolidarse como referentes en sus respectivos sectores, demostrando que con innovación, adaptación al entorno y una buena estrategia, es posible alcanzar el éxito sin ser una gran corporación. A continuación, te mostramos algunos ejemplos reales de pequeñas y medianas empresas españolas que destacan por su trayectoria, impacto y capacidad de crecimiento:

  • PANGEA The Travel Store: esta agencia de viajes ha revolucionado el sector turístico en España con un modelo de atención personalizada y espacios físicos que combinan tecnología, asesoramiento experto y experiencias a medida. Comenzó como una PYME y ha ido expandiéndose en las principales ciudades del país.
  • Mr. Wonderful: nacida como una pequeña tienda online de productos de papelería y regalos con mensajes positivos, esta empresa se ha convertido en un fenómeno de marca. Con sede en Barcelona, sigue operando bajo el modelo de PYME, pero con una fuerte presencia nacional e internacional.
  • TuMédico.es: es una plataforma online que conecta pacientes con centros médicos privados a precios accesibles. Ha logrado crecer como PYME gracias a un enfoque digital y a una propuesta de valor clara: ofrecer salud de calidad sin necesidad de seguro médico.
  • Cerveza La Virgen: esta cervecera artesanal de Madrid comenzó como una microempresa que apostaba por procesos tradicionales y producción local. Su crecimiento ha sido constante gracias a la calidad del producto y a una estrategia de marca muy cuidada.
  • Ecoalf: con sede en Madrid, esta marca de moda sostenible empezó como una PYME con una clara misión: crear ropa a partir de materiales reciclados. Hoy es un referente en sostenibilidad a nivel europeo, pero sigue operando como empresa mediana según los criterios de la UE.

Estos casos muestran que las PYMES pueden liderar procesos de innovación, transformación digital, sostenibilidad o experiencia de cliente, manteniendo una estructura ágil y con un fuerte arraigo a sus valores de origen.

¿Qué diferencia hay entre pyme y autónomo?

Aunque a menudo se confunden, un autónomo y una PYME no son lo mismo. La diferencia principal radica en la estructura empresarial y la forma jurídica con la que operan.

Un autónomo es una persona física que realiza una actividad económica por cuenta propia. No tiene personalidad jurídica distinta a la suya y asume directamente las obligaciones fiscales, laborales y legales de su negocio. Puede trabajar solo o contratar a trabajadores, pero sigue operando como individuo ante la administración.

En cambio, una PYME es una entidad con personalidad jurídica propia (como una sociedad limitada o cooperativa), que puede estar formada por uno o varios socios. Tiene una estructura más formal, debe llevar contabilidad ajustada al Plan General Contable y suele estar sujeta a más obligaciones fiscales y administrativas, aunque también accede a mayores ventajas en ayudas, financiación o contratación pública.

Por tanto, aunque ambos modelos pueden coexistir y colaborar, no deben confundirse: el autónomo representa una figura individual, mientras que la PYME es una organización empresarial con entidad jurídica propia.

¿Qué diferencia hay entre pyme y pequeña empresa?

En este caso, la diferencia no es conceptual, sino clasificatoria. El término PYME engloba tres categorías: microempresas, pequeñas empresas y medianas empresas. Por lo tanto, toda pequeña empresa es una PYME, pero no toda PYME es una pequeña empresa.

Por tanto, hablar de “pequeña empresa” es referirse a un tipo concreto de PYME, con unas dimensiones y requisitos intermedios entre las micro y las medianas empresas.

 

Estar en constante proceso de aprendizaje es fundamental en cualquier entorno laboral, pero cuando se trabaja en una PYME, la formación cobra aún más relevancia. Al contar con equipos más reducidos y estructuras menos especializadas, es habitual que una misma persona deba asumir varias funciones dentro de la empresa. Desde tareas administrativas hasta gestión comercial, digitalización o atención al cliente, la polivalencia es una cualidad imprescindible.

Por eso, en Femxa ofrecemos cursos gratuitos para personas trabajadoras de PYMES, diseñados específicamente para mejorar competencias, adaptarse a los nuevos retos del mercado y ganar autonomía en el día a día laboral. Si trabajas en una PYME y quieres seguir creciendo profesionalmente, accede a nuestra oferta formativa y descubre todo lo que puedes aprender.

 

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